Un día de aquellos, una persona de las muchas que pasaban por mi estafeta en Puerta Triana, pasó a enviar un teletipo. Era un trabajador de la Exposición y llevaba un montón de documentos que quería enviar. Los documentos estaban cogidos por unos clips maravillosos y únicos. Debía mirarlos con absoluta pasión ya que el chico me sonrió y me dijo, ¡toma pa tí!